Durante años leí de principio a fin cada entrega mensual de las cuatro principales revistas sobre guitarras y bajos. Recogí mucha información durante esas lecturas, pero ¿era útil toda ella? No, pero me di cuenta de ello al estudiar la tecnología de las guitarras, al repararlas y al hablar con guitarristas. Fue entonces cuando comencé a buscar respuesta a las siguientes preguntas:
- ¿Por qué necesito cambiar o modificar mi guitarra con frecuencia?
- ¿Tiene que ser tan difícil y caro tener una guitarra con la que disfrutar y crecer como músico?
- ¿Es el equipo que tengo adecuado para un uso a largo plazo?
- ¿Qué partes en el proceso de construcción y ajuste son críticas para obtener una guitarra con excelente acción y sonido?
- ¿Cómo de útil es saber, por ejemplo, qué tipo de imanes monta una pastilla o cuáles son los tipos de madera – y cómo afectan al sonido?
- ¿Qué es mito y que es real en el mundo de la guitarra eléctrica?
Debería ser fácil encontrar las respuestas con toda la información disponible, pero puede ser un desafío si no sabes qué buscar. Demasiada información, a veces es desinformación.
Para un principiante, comprar una guitarra puede ser una tarea abrumadora.
Menos es más. Un enfoque minimalista respecto al equipo puede que sea lo mejor para hacer música. Poner lo material al servicio del conocimiento.
Durante años, hemos estado opinando sobre las guitarras según lo que hemos escuchado a otros guitarristas o leído en revistas. Ahora, la cultura de la guitarra está llena de mitos e ideas preconcebidas sobre cómo probar y valorar un instrumento. Descubrí que la mayoría de esas ideas no eran de mucha utilidad. Los hechos han desacreditado a los mitos.
A menudo, consideramos la calidad de una guitarra basándonos en su marca, precio apariencia o componentes. Creo que sería más práctico y beneficioso hacerse las siguientes preguntas:
- ¿Qué tipo de guitarra se adapta mejor a mi estilo?
- ¿Qué radio de diapasón es más conveniente para mí?
- ¿Cómo puedo aprovechar al máximo mi presupuesto?
- ¿Cómo ha sido construida esta guitarra?
- ¿Qué calidad tiene el ajuste general y cómo de fácil es mejorarlo?
- ¿Cómo es la calidad del trabajo de trastes?
- ¿De qué manera y con qué calidad están unidos el mástil y el cuerpo?
- ¿Es cómodo el grosor y forma del mástil? ¿Tiene la madera buena rigidez y calidad?
- ¿Tienen los herrajes la calidad y funcionalidad que necesito?
- ¿Hacen el peso y ergonomía que sea una guitarra cómoda?
- ¿Cómo suena desenchufada?
- ¿Se adapta el sonido amplificado a mi estilo?
- ¿Me gusta su apariencia?
- ¿Tiene una calidad adecuada para su precio?
Hablar sobre imanes Alnico II o Alnico V, o sobre una guitarra modelo signature puede ser entretenido, pero te aseguro que es más útil considerar las preguntas anteriores. Con conocimiento, disciplina y una pequeña inversión de tiempo y dinero puedes conseguir lo siguiente:
- Saber cómo probar una guitarra y ver si merece la pena por el precio.
- Valorar una guitarra por las prestaciones que te ofrece, en vez de por la etiqueta de precio o marca. No te dejes deslumbrar y ten siempre en cuenta lo práctico.
- Escoger el equipo que mejor se adapte a ti.
- Saber si merece la pena mejorar una guitarra.
- Líbrate del llamado «GAS» (Gear Acquisition Syndrome) o síndrome de la adquisición de equipo.
- Evita la frustración por limitaciones técnicas o económicas.
- Aprende a observar y medir los puntos críticos de una guitarra para un mejor ajuste y funcionamiento.
- Ahorra dinero en compras y servicios de reparación.
- Aprende a tratar con un servicio técnico cualificado cuando tu guitarra necesite una reparación o modificación complicada.
- Evita caer en ideas preconcebidas basadas en mitos y leyendas. Desarrolla tus propias opiniones.
- Mejora tu sonido y técnica.
- Añade valor a tus servicios como profesor, comercial, o guitarrista.
A menudo, no es necesario reemplazar una guitarra por otra nueva: lo que necesita es un correcto ajuste y mantenimiento para mostrar su verdadero potencial. Cuando la herramienta de un carpintero pierde el filo, no la reemplaza. Deja por un momento la tarea para afilarla y así poder continuar sacando el mejor rendimiento posible a su trabajo con ella.
Todo comienza con las cuerdas, pero la mayoría de los guitarristas prestan poca atención a estos componentes tan importantes. Una guitarra puede tener cuerdas viejas, un ajuste deficiente, trastes desgastados y un diapasón sucio —solucionar estos problemas ha sido mi pan de cada día durante años. Tocar con una guitarra en esas condiciones no será una experiencia agradable. En tal situación, pensar si los condensadores de papel y aceite son mejores que los cerámicos es como pensar en el tamaño de la olla teniendo la despensa vacía.
Una tarde de domingo limpiando tu guitarra, cambiando las cuerdas y ajustándola puede no parecer una actividad divertida, pero si aprendes a hacerlo bien, cambiarás de parecer al experimentar los beneficios.
En las próximas publicaciones iremos cubriendo todos estos temas. Comprender y aplicar unos pocos conceptos te ayudará a saber lo que tu guitarra puede hacer para presentar tu arte al mundo. Conócela, cuídala y siempre conseguirás los mejores resultados.
Es hora de que reconsideremos la cultura que hemos construido en torno a las guitarras y comencemos a pensar en ellas como lo que son: herramientas para hacer música.
Autor: Raúl Rodríguez